Era maravilloso, era amor,
eras todo mi corazón.
Éramos el frío y el calor,
el que me daba tu colchón.
Eras mi mundo y yo el tuyo,
hasta que algo nos separó.
Yo no quería pero sucedió,
la muerte nos esperaba
en la esquina del callejón.
Nos clavó un cuchillo, nos mató,
derramando tu sangre en mi corazón.
No quise, pero sucedió,
no podía verte pero acudió.
Acudió mi corazón a tu corazón,
mis manos a tu cuerpo y las tuyas al mío
y pienso... Ni la muerte logró separarnos
entonces podré yo.
(Malena Calleja Buyo)
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